Akebi por fin irá al instituto y con ello, podrá estrenar el uniforme de marinero que siempre soñó con ponerse. En su pequeña primaria siempre fue la única alumna, así que a los nervios de poder vestir su uniforme soñado se suman las inseguridades de una adolescente deseosa de hacer amigas.

Akebi debe decidir a qué club ingresar, pero le cuesta elegir con tantas opciones disponibles. Mientras tanto va forjando vínculos con sus compañeras, ya sea halagando sus piernas o bajo la lluvia.

Cuando Kei pide a Akebi que sea su modelo para unas sesiones fotográficas, Akebi no sabe si será la apropiada, pero está dispuesta a ayudar a su amiga, en especial tras las fotos que le envió la última vez.

Se acerca el festival deportivo y Akebi ha decidido convertirse en animadora, pero su energía, como siempre, sorprende a sus amigas y compañeras.

En el festival, Akebi recibe todo el apoyo de sus compañeras, quienes recuerdan con cariño todo lo que la joven ha hecho por ellas desde su llegada.