Ataru puede correr, pero no esconderse, ni de Lum ni de los ojos de águila de la hermosa sacerdotisa Sakura. ¡Ésta se da cuenta a simple vista de que él necesita un exorcismo!

Una nueva enfermera ha empezado a trabajar en la escuela de Ataru, y es todo un encanto… pero espera, ¿acaso no resulta familiar?

¿Los extraterrestres nos están invadiendo de nuevo? No, ¡son solo las madres de Ataru, Mendo y Lum que vienen a invadir el Día de los Padres! Pero la barrera del idioma puede convertir este encuentro de madres en pura locura.

Los profesores están cansados ​​de ver a sus alumnos escabullirse a mediodía para ir a comer fuera del instituto. Durante una semana, se apostarán cerca de lugares estratégicos para atrapar en el acto a todos aquellos que no respeten las normas internas.

No hay nada sospechoso en el pintalabios que Lum quiere ponerle a Ataru. No, nada sospechoso en absoluto. Más tarde, la clase de Ataru se enfrenta al temido reto de comida del «yaminabe».

Mendo invita a sus compañeros de clase a su casa para presentarles a los miembros especiales de su familia: un montón de pulpos. Es una especie de tótem de la familia Mendo, y cualquier insulto hacia ellos es una afrenta al linaje Mendo. Pero todo se complica cuando uno de los pulpos se pierde. Más tarde, Lum se emborracha por comer ciruelas pasas del almuerzo de Ataru y se vuelve loca en la escuela.

Ten cambia su piruleta por un frasco que hace las cosas más pequeñas, pero accidentalmente lo usa en Lum. Después de eso, Shinobu salva a un zorro que está siendo acosado por un grupo de perros callejeros, lo que provoca que el zorro se enamore de ella.

A Asuka le cuesta superar su fobia a los chicos. Pero el mayor problema, especialmente para sus allegados, es la relación ambigua que mantiene con su hermano, en contra de los deseos de este último. Pero esta vez las cosas van demasiado lejos y la madre de Asuka decide intervenir. Asuka tendrá que pasar una nueva prueba para poder superar su miedo a los chicos.