El equipo Ino-Chika-cho se encuentran con Kakuzu el cual los felicita por haber derrotado a Ginkaku y Kinkaku, mientras que Darui sigue derrotando a los Zetsus entonces Asuma se encuentra con sus alumnos, lo cual la batalla será inevitable. Los jóvenes empiezan a recordar el pasado, Asuma inicia el ataque pero el problema en los jóvenes shinobis es Chōji que no desea atacarlo recordando como su sensei lo instruía para convertirse en Chunnin.

Naruto le ofrece a Obito no seguir ocultándose, pero Obito, en un último acto, alega que no se arrepiente de nada. En ese momento, Naruto lo golpea y al darse cuenta Obito se observa a sí mismo de joven, pero además, observa a Rin, Kakashi y Minato, los cuales son transformaciones de sí mismo. Obito, quien observa que Naruto le toma la mano, se da cuenta de la presencia de la alianza. Volviendo a la batalla, toda la alianza tira con todas sus fuerzas para, finalmente, lograr liberar a los Bijūs. En ese momento, Obito regresa a la normalidad y tras caer débil, acepta que ha perdido. Los Bijūs le agradecen a Naruto el haberlos salvado. Sasuke se dispone a darle el golpe final a Obito, pero Kakashi logra volver y alega que él se encargará de Obito. Minato llega y logra detenerlo, aceptando parte de la culpa por no haber protegido a Rin. Minato le pide a Naruto ir a ayudar a Hashirama a sellar a Madara donde no solo él, sino también toda la alianza lo acompaña. Obito alega que, desde que murió Rin, ya nada tuvo significado para él. Kakashi alega que él sintió lo mismo pero, a diferencia de el Uchiha, Kakashi logró llenar el vacío gracias a sus otros amigos. Además, le dice que Naruto nunca rompe sus promesas y siempre recuerda sus sueños. Naruto, que llega a la copa del Shinju, prepara un Odama Rasen Shuriken que se puede ver desde muy lejos.