Annabeth se encarga de un caso que envuelve a un respetado doctor, que acusa a un delincuente adolescente de la muerte de su esposa. Annabeth se da cuenta de que en el caso hay demasiados huecos en blanco cuando el joven acusado demuestra que tiene una fuerte coartada para la noche del crimen. Tras investigar, la fiscal descubre que la mujer del doctor estaba preparando los papeles de divorcio y que el respetado doctor tiene un oscuro secreto.

Tras arrestar a un hombre por robar en una joyería, la oficina del Fiscal del Distrito descubre que es un criminal que ya había sido encarcelado anteriormente por Annabeth. El ladrón había escapado de la cárcel un año antes, matando a un guarda y secuestrando a una joven a la que ha tenido retenida desde entonces. Sin embargo, durante la investigación, Annabeth descubre incoherencias en la versión de la mujer secuestrada y un secreto que pone en entredicho quién es el verdadero culpable de la huida y del robo.

Annabeth lleva a juicio por asesinado a un jugador de baloncesto que alega haber disparado y matado a un compañero de equipo accidentalmente. Un testigo, sin embargo, declarará que el disparo fue intencional, haciendo que el padre del acusado cambie su primer testimonio para, ahora, autoinculparse. Convencida de que el padre del adolescente está mintiendo para proteger a su hijo, Annabeth investigará más a fondo el caso, descubriendo un secreto que guardaban los jóvenes deportistas y que pudo ser el desencadenante del asesinato.