Para el 1623 la guerra continua y ha transformado las calles de Madrid en una constante lucha por sobrevivir.

Bocanegra y sus aliados quieren eliminar a los testigos del intento de asesinato del Príncipe de Gales.

El Conde de Guadalmedina designa al espadachín Alatriste como protector del Príncipe de Gales.

Alatriste es capturado tras ayudar al príncipe. Madame de Brissac llega a España con planes de Richelieu.

Alatriste se debate entre dos mujeres, pero primero debe recuperar la misteriosa estatuilla de San Jorge.

Madame de Brissac intenta aliarse con Padre Ferrán para separar al Príncipe Carlos y a la infanta.

El Capitán y el Padre Ferrán hacen un trato para salvar a Inés. Pero su viejo amigo no lo cumple.

Presionado por Buckingham, el Conde Duque de Olivares sugiere una boda secreta para evitar conflictos.

El esperado momento por el príncipe y la infanta se esfuma cuando Malatesta y sus secuaces aparecen.

Tras salvar a la infanta María Ana de Guadalmedina, Alatriste y Quevedo buscan al traidor de la conspiración.

Según Bocanegra, la muerte del confesor de la Infanta es un presagio de lo que ocurriría si hubiera boda.

Malatesta piensa en vengarse, y Alatriste quiere cambiar al secuestrador y a Sabine por la vida de Íñigo.

Alatriste debe resolver el misterio de la muerte del cardenal para salvar a Sebastián Copons de ser ejecutado.

El Príncipe Carlos se compromete a convertirse al Catolicismo para poder casarse con la Infanta María Ana.

La Alianza entre España e Inglaterra fracasa. Malatesta le da un mensaje a Alatriste que le cambiará la vida.

Saldana resulta herido al retar a Alatriste por llamarle cornudo, pero otro motivo lo acerca a la muerte.

Madrid está asediada por la peste negra y la Iglesia Dómine Pérez sirve de refugio para los enfermos.