Ainhoa es asesinada en los invernaderos de Campoamargo. Héctor, el sargento recién llegado al pueblo, descubre que la víctima poseía información comprometedora.

Marta sufre un accidente tras activarse el sistema de fumigación de los invernaderos. Descubren que Ainhoa recibió amenazas de Lucas y lo detienen.

Los vecinos de Campoamargo reciben un mensaje sobre Ainhoa. Lola y Héctor encuentran un vehículo calcinado que levanta sospechas. Lucas sufre una persecución.

Héctor solicita un análisis de una prueba encontrada en la escena del crimen. Atacan a Fara casi de la misma forma que a Ainhoa. Marta se sincera con Héctor.

La misma persona que espía a Mar también grabó a Ainhoa pocas horas antes de su asesinato. Salva consigue más información sobre el amante de Agneska.

Héctor reúne cada vez más pruebas que lo llevarán a atrapar al asesino de Ainhoa. La última persona que vio viva a la hija de la alcaldesa parece no recordar nada.

La forense dictamina que la última muerte es un suicidio. Héctor no está tan seguro y decide investigar. Marta descubre algunos secretos sobre la muerte de su marido.

Las nuevas pruebas sobre el asesinato de Ainhoa apuntan como sospechoso a Juan Rueda. El alférez Luis ofrece otra versión sobre la muerte de Amancio a la Guardia Civil.

El asesinato de una chica extranjera hace veinte años puede que esté relacionado con el de Ainhoa. Héctor no está de acuerdo con esta nueva línea de investigación.

Juan Rueda es detenido tras encontrar en sus terrenos una fosa común, pero no lo pueden acusar. La investigación parece encontrarse en un punto muerto.

Héctor y su equipo tienen otra teoría sobre la verdadera identidad del asesino de Ainhoa. El hallazgo de un dibujo de un niño rumano levanta sospechas.

Lola, Salva y Héctor siguen investigando al escurridizo Boris. Deciden averiguar la procedencia de la pistola con la que dispararon al sargento.