La nieta de Wyatt Earp, Wynonna Earp, celebra su 27 cumpleaños volviendo a su pueblo natal, Purgatorio, cuando descubre que alguien o algo mató a su tío.

Wynonna atrae algo de atención no deseada al volver a Purgatorio y, a la vez, lucha para mantener su impetuosa naturaleza bajo control mientras intenta adaptarse a las normas impuestas por la División Placa Negra.

Wynonna investiga a una pandilla de Demonios cuando provocan una matanza, lo que le lleva a pensar que hay algo más oscuro y siniestro detrás.

Wynonna y Dolls intentan detener a un ser invisible que está matando a los residentes de Purgatorio.

Wynonna y Dolls hacen una osada incursión en el parking de caravanas propiedad del jefe de Demonios.

Wynonna quiere hacer justicia con uno de los Demonios responsable del ataque a su casa 15 años atrás.

En una fiesta dada por Waverly, los invitados correrán un serio peligro con Henry obsesionado con su venganza. Mientras tanto, Wynonna investiga a un asesino de mujeres jóvenes.

Henry y Dolls dejan de lado sus diferencias para infiltrarse en el nido de los Demonios. Al mismo tiempo, Wynonna se niega a ser la siguiente vícitma de un asesino en serie.

Wynonna intenta superar su encuentro con el último de los Siete y es arrastrada por la venganza de Henry.

Wynonna y Dolls investigan en el nevado Barrens donde hay rumores de una bestia sedienta de sangre; Henry se enfrenta a su futuro con la ayuda de Waverly.

Wynonna se recupera de su descubrimiento en Barrens después de que aparezca el cadáver destrozado de un jugador; Henry conoce a un misterioso extraño.

Bobo se aprovecha de una parte de la maldición de los Earp que le permitiría a él y a los otros demonios salir de Purgatorio si el heredero del arma de Wyatt va con ellos.

La traición de Willa la lleva a la muerte a manos de Dolls, que es apartado por sus superiores de su trabajo. Wynonna se encarga de Bobo pero se tiene que enfrentar a su hermana poseída.