Shion y Dohko comienzan a luchar, pero el Caballero de Libra es superado en poder debido a su vejez y la juventud de Shion otorgada por Hades. Shiryū llega sólo para ver cómo su maestro es derrotado y quiere intervenir, pero no puede hacer nada en contra del poder de Shion.

Los Santos de Bronce quieren pelear contra Radamanthys, pero los Caballeros de Oro los detienen diciéndoles que ésa es su tarea y los envían a que ayuden a Saga y los otros. Seiya y los demás asienten y se despiden de Mū, Milo y Aioria para que éstos puedan seguir peleando.

Shiryū, Hyōga y Shun se encuentran con Dohko en la entrada al abismo por donde cayeron Seiya y Radamanthys. El Santo de Libra les dice que ahora deberán despertar su Octavo Sentido para así poder entrar al mundo de los muertos sin perder la vida. Los 4 elevan sus cosmos y se lanzan por el agujero.

En Giudecca, Atenea aparece ante Hades. Shaka le pide a Atenea que se vaya, pues él se va a encargar de matar a Hades, pero Atenea lo detiene diciéndole que se trata del cuerpo de Shun, quien está poseído por el alma de Hades y le dice que no tiene sentido atacarlo, ya que por más que lo ataque, sólo conseguirá hacerle daño al cuerpo de Shun, sin que Hades muera por eso... Atenea ordena a Shaka no atacar.

En Giudecca, Seiya entra y sólo encuentra el lugar destruido, despierta a Shun, quien no sabe dónde está Atenea. Ambos se dan cuenta que su cosmos desapareció en la parte de atrás del cuarto, donde encuentran un enorme muro. Shaka les explica que ese muro es la última frontera del Infierno: el muro de los lamentos. Atenea y Hades desaparecieron más allá de este muro y Seiya sugiere hacer lo mismo, pero Shaka le responde que es imposible cruzarlo si no eres un dios.

El muro de los lamentos es la frontera entre el Hades y los campos Elíseos, será imposible destruirlo con poderes humanos. La única esperanza sería que todas las armaduras de oro estuvieran allí.

Los Caballeros de Oro: Máscara de la Muerte de Cáncer, Saga de Géminis, Shura de Capricornio, Aioros de Sagitario, Aldebarán de Tauro, Afrodita de Piscis y Camus de Acuario aparecen ante sus compañeros.

Para poder llegar a los Campos Elíseos, los caballeros deberán pasar algunas nuevas adversidades. Llegan a un lugar que parece ser la entrada a otra dimensión, Shiryu decide quedarse y pelear contra tres poderosos espectros y Hyöga deberá verse las caras una vez más con el juez Minos para que no se interponga en el camino de Shun y Seiya.