De Hanyang llegan noticias que dan por muerto al rey. Cuando el príncipe heredero Chang Lee intenta comprobar la salud de su padre, la joven reina se interpone.

El príncipe Chang y Mu-yeong llegan a Jiyulheon, donde hacen un terrible descubrimiento. La historia de Seo-bi sobre lo que ha visto perturba al príncipe Chang.

Al caer la noche, el caos se apodera de Dongnae. Mientras Hak-ju Cho y la reina cuidan del rey, el príncipe Chang llega a una inquietante conclusión y jura luchar.

De camino en busca del señor Hyeon Ahn, el príncipe Chang se topa con un grupo de supervivientes y los conduce hasta Jiyulheon siguiendo el consejo de Seo-bi.

El grupo del príncipe Chang llega a un pueblo donde, misteriosamente, parece abundar la comida. Seo-bi nota algo extraño en casa del señor Hyeon Ahn.

Hak-ju Cho trae noticias escalofriantes para la reina, quien oculta un siniestro secreto. Chang Lee erige las defensas de Sangju, pero Seo-bi percibe que algo no va bien.

Un revés inesperado en Sangju plantea nuevos problemas para el Príncipe Chang y los demás. Seo-bi y Cho Beom-pal buscan seguridad con Cho Hak-ju.

Después de que el Príncipe Chang irrumpe en Mungyeong Saejae, se desarrolla una pesadilla. Las autoridades registran la casa de la reina, sospechando que ella está ocultando algo.

Cuando Cho Hak-ju es liberado de su custodia, el Príncipe Chang va tras él. Seo-bi busca una forma de tratar la enfermedad. La reina espera a su príncipe.

Seo-bi comparte un descubrimiento crítico con el Príncipe Chang, quien tiene un favor que pedirle. Cho Hak-ju visita a la reina y le exige que le diga la verdad.

Con el fin de salvar vidas inocentes, el Príncipe Chang y sus hombres se hacen cargo de Hanyang. La reina determina que si no puede tener el trono, nadie puede.

Con el palacio pintado de rojo con sangre, el Príncipe Chang se ve obligado a seguir una estrategia arriesgada. Seo-bi toma al bebé y se esconde.