Sumire, una compañera de trabajo de Satou, muestra interés por Satou y admite que echó un vistazo al currículum de Satou. Sumire sospecha al ver que no vive nadie en la dirección donde se supone que vive Satou. Mientras tanto, Shoko visita la casa de Mitsuboshi y descubre algo asombroso en su habitación.

El piso donde viven Satou y Shio, el piso 1208, era el hogar de un pintor que vivía solo. Satou hacía de modelo para él. Lo visitaba todos los días y hablaban sobre cosas al azar. Hasta que un día…

Después de matar a Shoko, Satou vuelve al piso 1208 y se sume en un profundo sueño. Shio no sabe lo que ha pasado y empieza a pensar en su madre, Yuuna, que se fue de casa y la abandonó. El padre de Shio era violento con la pobre madre de Shio, que siempre estaba asustada triste.