En Santi va a una clínica de fertilitat amb la seva Vespa i amb un pot d’esperma. El motiu? Fer una in vitro a la seva dona. Té un accident amb una conductora que fuig i, per això, entra al restaurant “Toscana”, perquè ha d’agafar un taxi i necessita canvi de moneda. Però, abans de marxar, hi apareix en Tomàs, un excuiner que reclama uns diners al propietari del restaurant amb una escopeta...

Santi percute en scooter un véhicule dont le conducteur est en fuite. Cherchant de l'aide, il se retrouve piégé dans le restaurant Toscana où, sous la menace d'une arme, un ex-chef de cuisine exige une indemnité de départ de son propriétaire.

Con un bote lleno de esperma en el bolsillo y camino de la clínica donde le espera su mujer para hacer una in vitro, Santi -crítico culinario en plena crisis de los 40- choca en vespa con un vehículo cuya conductora se da a la fuga. Buscando ayuda, queda atrapado en el restaurante Toscana donde, a punta de escopeta, un excocinero reclama el finiquito a su propietario.

Atravesando en vespa la ciudad, y llevando en el bolsillo un frasco con esperma, Santi va hacia una clínica de reproducción asistida para hacer una in vitro con su mujer. De repente, un coche lo tumba y la conductora se larga. Incapaz de poner en marcha la moto, para a un taxi. No dispone de cambio y entra en un restaurante que hay cerca: el Toscana. Allí, Ramón, el propietario, discute en el teléfono por un dinero -que suponemos negro- destinados a la reforma del local. Cuando Santi le pide cambio, entra un tío llamado Tomás reclamando el finiquito que se le debe. Ramon se niega: el negocio va mal. Entonces Tomás saca una escopeta de caza: desesperado, ha consumido el paro, debe pagar la terapia y ha dejado de enviarle dinero a Heidi, su ex sueca que vive en Florencia con su hijo Valter.