Xabier Zurita es un notario vasco con aspecto de notario vasco. Su vida es tan cuadriculada como sus camisas. Soltero, no parece pedirle más a la vida que los pequeños placeres de sus rutinas. Pero todo cambia cuando recibe una inesperada noticia: un tumor que crece en su cabeza va a acabar con él en menos de tres meses. Sobrepasado por la noticia, Xabi es incapaz de compartirla con sus amigos y toma la primera decisión imprevisible de su vida: hace la maleta y pone rumbo a Benidorm. El lugar donde su felicidad fue más plena que nunca. El lugar donde conoció, en su viaje de fin de estudios, a su primer y único amor: María Miranda. Nada más llegar a la ciudad se instala en el Hotel Benidorm con la misión de buscar a aquella chica a la que hace ya casi treinta años que vio por última vez.

Xabi no cabe en sí de felicidad. Ha encontrado a María, y no solo eso, María parece estar dispuesta a darle una oportunidad, ¡a él! Si quitásemos en detalle del tumor cerebral que le va a matar en tres meses, la vida no podría ser mejor. Así que, con la suerte de su lado, se dispone a cumplir sus sueños y le propone a María rehacer paso a paso su primera cita. María acepta encantada: no tiene otra. Le parece una idea perfecta. Solo tienen un pero, que por supuesto no cuenta a Xabi: no tiene ni idea de qué pasó en aquella primera cita.

Xabi acompaña a María paseando hacia su casa después de otra noche maravillosa cuando se encuentran con Ricky, el hijo de María y ella trata de evitar el encuentro con Xabi. ¿Cree que él se va a espantar por la carga que supone un hijo adolescente? Nada más lejos de la realidad. Xabi se presenta voluntario para meterse de lleno en casa de su novia con todos los peligros que eso entraña para el plan de Tony. Korta, Bego y Patxi conocerán por fin a su jefe, Don Ximo y su primera impresión no podrá ser más aterradora. Don Ximo les informa de qué se espera de ellos en la “familia”: deberán hacerse cargo de la funeraria de Faustino, que se jubila. ¿Para qué quiere Don Ximo que se ocupen de una funeraria? Cada respuesta que se les ocurre es más espantosa que la anterior. Para colmo, Xabi mete sus narices en el traspaso del local frustrando la operación.

Son las fiestas de Benidorm y eso en Levante significa petardos y fuego. Petardos y fuego en la calle pero también fuego en la frente de Xabi, que se levanta empapado en sudor, creyendo que por fin ha llegado su hora. Resignado a su destino, solo le preocupa no haber dicho nada a María sobre su salud. A su amigo Tony le preocupa otra cosa, que se muera. Que se muera sin dejarle toda su herencia a su amada. Así que el plan debe acelerarse. El mero hecho de que Xabi esté moribundo e inconsciente no será motivo para que Tony renuncie a organizar una boda en el Hospital. Pero los amigos de Xabi has escuchado a María hablar con su novio y se consagran a evitar esa boda como sea, aunque para ello deban desatender sus labores en la funeraria y enfrentarse al temido Don Ximo.

Después del susto con el tatuaje Xabi siente que ha vuelto a nacer. Pero Tony, que ya ha estado a punto ver cómo se el escapaban sus millones, quiere amarrarlos como sea e insufla a Xabi la idea de que ha llegado la hora de hincar la rodilla y proponerle matrimonio a su chica. Pero Candy, al ver a Xabi a punto de morir sintió cosas que no estaban en el plan de Tony y tratará de hacerle ver a su chico que ha llegado la hora de elegir entre ella o el dichoso plan. Los amigos se creen libres de Ximo tras el incendio de la funeraria pero nada más lejos de la realidad. El capo les necesita para ocuparse del entierro de su amigo Hans, que se ha caído de un piso. El problema es no tienen funeraria y, sobre todo, que ¡Hans aún no ha muerto! Pero Don Ximo está seguro en que los vascos puedan solucionar ambas pequeñeces.

Xabi se reafirma en su decisión de que ha cumplido con su deber al dejar a María. Pero desde luego eso no cambia sus planes de que el hotel sea para ella, así que le vende el negocio por un céntimo. Por fin Tony ha logrado su objetivo. Pero de momento no lo sabrá, pues María se lo oculta esperando a ver si el chanchullero levantino es capaz de elegirla a ella frente al botín. Korta, Bego y Patxi también parecen haber conseguido su objetivo, pues ven en las noticias cómo la banda a la que pertenecen ha sido desarticulada por la policía. Ante el temor a caer presos en la próxima redada, deciden quemar el medio millón de euros de dinero negro que encuentran en su funeraria y llevarse a Xabi de vuelta a Durango. Pero es posible que hayan dado al señor Ximo por finiquitado antes de tiempo

Candy se ha quedado destrozada al enterarse de que su ahora marido solo le propuso matrimonio al haberse enterado de que ya era millonaria. Tony también está hundido pues ahora que la ha perdido por fin valora todo lo que le aportaba Candy, y solo puede acudir a Xabi para buscar consuelo. El vasco, inocente como él solo, al enterarse de que su novia le ha echado de casa, le propone un pacto: ninguno de los dos cejará hasta recuperar a las mujeres de su vidas. Lo que no sabe Xabi es que son la misma. Korta, Bego y Patxi por su parte sienten que han fracasado en su empeño de velar a Xabi, pero no están dispuestos a darse por vencidos y presionan a Candy para que se case con Xabi. Ella les explica que no podría aunque quisiera pues ya está casada.