Asesinan al presidente Lincoln cinco días después de que termina la Guerra Civil. Edwin Stanton, su mano derecha, se encuentra al frente de la situación.

A la cabeza de una nación sin presidente, Stanton debe lidiar con arreglos funerarios, sospechosos y con desentrañar una conspiración aún más grande.

La cacería se extiende hasta Quebec, donde se reorganiza un nido de expatriados y espías confederados. Esconden a Booth en Maryland.

Stanton y el inspector Baker investigan la relación entre los negociantes más importantes de Wall Street en Manhattan, la Confederación y Booth.

El presidente Johnson interfiere con los planes vitales de Lincoln. La salud de Stanton se deteriora mientras más se acerca a Booth.

Stanton obtiene una victoria, pero no es la que esperaba. Planea el juicio de los conspiradores, el cual debe ganar si quiere mantener vivo el legado de Lincoln.