Tanto Shana como Kazumi están en sus respectivas ubicaciones esperando que Yūji se reúna con una de ellas, solo para descubrir que Yūji ha desaparecido, sin dejar ni el más mínimo rastro de su existencia. Sin embargo, todo no está perdido, ya que las cartas que ambas le enviaron todavía dan esperanza de la existencia continua de Yūji. Mientras Shana y su grupo buscan respuestas sobre el paradero de Yūji, pronto descubren la verdad mirándoles fijamente cuando Yūji reaparece frente a ellos como el líder de Bal Masqué. Con pocas opciones, Shana ahora debe enfrentarse a su adversario más improbable en el campo de batalla en su desafío más difícil hasta el momento.