Lola sospecha que Sebas y Oli han pasado de compartir piso a compartir también la cama. Sus temores se confirman cuando el propio Sebas confiesa que sí se ha acostado con Oli.

Oli se desvive para que la relación que acaba de iniciar con Sebas salga bien. Tanta es su entrega, que Sebas empieza a pensar que todo va demasiado deprisa y se agobia.

Tremendo susto el que se lleva Agus cuando llega al bar y se encuentra con Lola y Sebas que fingen estar casados ante el padre de éste.

El episodio comienza con todos los protagonistas detenidos en la comisaria donde trabaja Sebas. Todos parecen haber vivido una noche bastante alocada. Las despedidas de solteros de Agus y Lola iban a ser, en principio, unas cenas tranquilas. Sin embargo, se convirtieron en unas disparatadas fiestas cuyas consecuencias se van de las manos de nuestros protagonistas.

La boda entre Agus y Lola no se ha celebrado. Para dar sentido a su vida tras la ruptura sentimental y la marcha fuera de España de su madre, su hermano y su hijo, Lola decide regentar el bar de Pascual, que se ha mudado fuera del barrio con Charo. Pero su iniciativa le traerá complicaciones económicas que intentará subsanar metiéndose en líos mayores. Sebas abandona el piso que compartía con las chicas cuando Oli se entera de que se ha acostado con Lola antes de la boda de ésta con Agus. El policía se traslada a casa de Casilda donde también se muda Agus. La amistad entre ambos está por encima de todo, sobre todo ahora que el psicólogo se ha entregado al consumo de antidepresivos. Pero compartir piso con Agus no será la única novedad en la vida de Sebas. En comisaría le van a ascender y tendrá que lidiar con una nueva agente: Paula Noval, una policía con carácter, dispuesta a tirar de pipa en menos que canta un gallo. Y así lo hace para resolver su primer caso junto a su compañero Jorge. El problema es que el alijo de pastillas que acaban de incautar desaparece.

Jorge y Paula van a un poblado de personas necesitadas para hacer una vista rutinaria cuando se dan cuenta de que su coche no arranca y están siendo atacados con huevos y no pueden escapar. Mientras tanto, en la comisaría, los agentes no están nada contentos con las condiciones en las que trabajan. Sebas decide trasladarle las quejas a Jesús, el Subdirector Provincial. Sin embargo, Jesús lejos de resolver el problema, lo empeora aun más. Le dice a Sebas que habrá una reducción de plantilla y que será el encargado de despedir a la gente. Menudo papelón tiene Sebas en este capítulo.

Sebas sospecha que Paula está involucrada en un asunto de corrupción y decide junto a Jorge, intentar pillarla con las manos en la masa. Además en este capítulo, Lola descubre que su hija ya no es una niña. Tiene 18 años y quiere ser actriz cueste lo que cueste. Se ha gastado el dinero de la Universidad en hacerse un vídeo-book. Oli intenta averiguar si fue real el beso entre Paula y Ana de la pasada noche. Tras una conversación confusa, Oli entiende que Ana le ha confirmado que aquello sucedió tal y como ella lo vio.

Lola tiene nuevos clientes de el bar, los indignados. Vienen cansados de evitar desahucios y quieren comer. Lola quiere hacer negocio con los indignados que acampan en la puerta de su bar, pero los planes se le tuercen. Mientras tanto, Oli sigue en su relación ideal con un informático, pero descubre tiene problemas de erección. Nata se ha enamorado de Jorge. Como el apuesto policía no le hace ningún caso, decide engañarle para llamar su atención. Le hace pensar que es acosada por un productor.

Charly, el hermano caradura y timador de Agus, aparece de repente por el barrio y decide quedarse a vivir unos días con él y con Sebas. Agus, que le conoce muy bien, niega en redondo, pero los gestos de Charlie demuestran que parece que ha cambiado. Cuando Charlie le propone un gran negocio, Agus duda en si volver a confiar en él o no. Pero una vez más, Charlie le decepcionará y esta vez la desilusión superará a todas las demás. Mientras, a Ana la proponen para un papel en una serie policíaca; emocionada consigue que Jorge la ayude a meterse en la piel de una poli y se la lleva de patrulla. Todo, a escondidas de Sebas y su superior. Por desgracia, Ana y Jorge se ven envueltos en un accidente, que les arrastra a una red de mentiras de la que no podrán salir fácilmente. Por su parte, Nata, después de que Jorge le haya dejado bien claro que para él sólo es una niña, no puede evitar los celos que siente al verle tan cómplice con Ana. Por otro lado, Oli, Lola y Paula están hartas de los gritos de los vecinos de arriba y deciden subir a quejarse; la pareja de ancianos se disculpan y él les promete que no volverán a oírles. A partir de ese momento, los gritos cesan pero las sospechas de que algo terrible ha podido suceder afloran en Oli y Lola. Como buenas vecinas se sentirán en la obligación de emprender una investigación que acabará en un más que sorprendente final.

Resurgen los sentimientos entre Sebas y Oli. Sebas se tomará la relación muy en serio y decide pedir matrimonio a Oli. Además, en la comisaría Sebas consigue cerrar la trama de corrupción policial que estaba investigando con la ayuda de Paula y Jorge. También en este capítulo, Oli se lleva una desagradable sorpresa cuando se entera de que su amiga Ana se marcha a Miami para protagonizar un culebrón. Algo que no agrada a Jorge, que, después de acostarse con ella en un momento de debilidad, hará todo lo posible para evitar que se vaya. La situación disgusta a Nata, que sigue enamorada del joven policía y al que pide perdón por su comportamiento infantil. Quién sabe si tras estas disculpas se abre un futuro para ellos.