El padre Horacio Casares, formado en un moderno seminario jesuíta, tiene un sueño: ir a Ruanda como misioneiro. Pero es destinado a Santo Antonio de Louredo, una pequena villa de la costa galega, para substituír a don Crisanto, el párroco de toda la vida. Horacio y los vecinos de Louredo tendrán que hacer frente a sus diferencias, aprendiendo a convivir y aceptarse los unos a los otros. A pesar de todos sus esfuerzos por adaptarse, Horacio acabará por pedirle al bispo que lo releve de su cargo. Pero don Crisanto adivinará la verdadera razón por la que Horacio quiere marcharse: Iria, la maestra de la villa.