Guts se encuentra con un grupo de caballeros procedentes de la Sente Sede que dicen querer arrestarlo. Guts se resistirá, pero su estado no le pondrá las cosas fáciles.

Con Farnerse secuestrada, Guts se dirige al que era su objetivo. La joven caballero de la Santa Sede luchará por mantener la cordura ante lo que le mostrarán sus ojos.

Guts regresa a ver a Rickert, quien le dice que Casca ha desaparecido. Cerca del lugar se reúnen refugiados y Guts piensa que podría ser el destino de su vieja compañera.

Isidro es un niño que sabe sobrevivir, aunque un encuentro con un grupo de bandidos lo dejará en mala situación. Por suerte para él, aparece en escena un viejo conocido.

Mientras Guts se encuentra con un viejo conocido, Farnese se debate entre su inquebrantable fe y las dudas de sus hombres y los refugiados. Mientras tanto, entre los refugiados, Nina sufre con su problema.

Guts está ya cerca de Casca, pero el haber mostrado tener poderes dignos de brujería la ha convertido en el objeto de culto de la secta que se oculta entre los refugiados. Sin embargo, la Inquisición también tiene constancia de su existencia.

Guts llega dispuesto a recuperar a Casca y se enfrenta al medio apóstol y a los enemigos, pero además tendrá que procurar escapar de los Caballeros de la Santa Cadena. Uno de los caballeros, sin embargo, no piensa dejarle escapar.

Guts llega a la torre buscando a Casca, pero su capacidad como “bruja” ha llenado el lugar de criaturas terroríficas, que sin embargo, no son lo único terrible que oculta la torre.

Ahora que Mozgus y sus sirvientes se han convertido en ángeles, la batalla de Guts es más dura y arriesgada que nunca. Mientras tanto, Luca se encontrará con una de las más duras realidades del mundo.

Mientras Guts se enfrenta a Mozgus, el resto intenta mantener a salvo a Casca. Es entonces cuando la situación se complica y la muchedumbre pierde el control.

La batalla en la torre se encrudece y llegan las sorpresas. Una aparición deja atónitos a los presentes.