Yukio Tonegawa es el segundo al mando del Grupo Teai, pero su presidente, el aterrador Kazutaka Hyoudou, lo pone en más de un aprieto. Su último capricho: algo que lo haga vibrar de emoción. Pero Tonegawa necesita llegar a lo más alto, así que primero debe aprender a tratar con sus propios hombres.

Tonegawa reúne de nuevo a sus hombres para hacer una sesión de ideas para el juego mortal que les pide el presidente, pero ¿conseguirá alguna de unos hombres que temen incluso mirarlo a los ojos?

Tonegawa se lleva a sus empleados a un viaje de recreo con barbacoa para intentar recuperar los vínculos con ellos tras traicionarlos en la última reunión, pero el rencor de los mismos es demasiado grande.

Tonegawa tiene una gran idea a punto de venirle a la mente, así que cuando le llega, se dispone a presentarla orgulloso ante sus hombres, pero...

Ahora que Tonegawa ha preparado el plan para lo que le pidió el presidente, queda la parte más complicada: encontrar un momento en que esté de buen humor para entregárselo sin que lo rechaze por capricho.

Tonegawa organiza un concurso para que sus hombres propongan lugares donde celebrar el Piedra, Papel o Tijeras Restringido.

Ante los preparativos para el juego mortal, el equipo está más unido que nunca. Es entonces cuando ataca el enemigo más inesperado.

Ebitani regresa pese a su despido para intentar compensar a Tonegawa por lo que le hizo pasar, y lo hace con ideas de lo más excéntricas.

En Teai hacen entrevistas para reclutar a más hombres de negro y luego Tonegawa va en la hora del almuerzo a comer, pero sobreestima su hambre.

Tonegawa prepara todo para el primer ensayo del Piedra, Papel o Tijeras Restringido, pero entre los problemas con el material y los novatos que harán las veces de deudores, todo apunta al desastre.

Tonegawa tiene que acudir a un viaje de negocios, lo que le da la oportunidad de disfrutar de algo de tiempo libre... o eso cree él.

El presidente teme por su vida por una serie de pequeños incidentes, así que encarga a Tonegawa que busque un doble idéntico a él para reemplazarlo.

Se acerca el juego de Piedra, Papel o Tijeras Restringido, pero el día antes, el presidente llama a Tonegawa a sus oficinas con una difícil pregunta.

Ootsuki trabaja en las instalaciones de trabajos forzados de Teai, donde los deudores pueden conseguir un pase de un día en el exterior a cambio de una enorme suma de dinero... que él consigue apostando con los demás presos. ¿Cómo aprovechará al máximo un día fuera?

Ootsuki sale de nuevo con un pase de un día, pero esta vez tendrá compañía. Primero con otro preso de las instalaciones subterráneas, luego de uno de los hombres de negro. Finalmente enfrentará a un grande: el mismísimo Tonegawa.

Tonegawa regresa pisando fuerte, pero se encuentra con un inesperado enemigo cada vez más peligroso: Yoshihiro Kurosaki. Su capacidad para que el presidente siempre le dé la razón sin importar qué diga amenaza a su posición como segundo de Teai.

Llega otoño, la época en la que Teiai transfiere a sus empleados de un departamento a otro, y el equipo Tonegawa comienza a ponerse nervioso.

Tonegawa's annual check-up leads to some lifestyle changes that are accompanied by unwanted attention, while Ootsuki finds something he never expected to encounter on one of his excursions.

With the recent transfers leaving him short-manned, Tonegawa welcomes three new employees to his team, and doesn't take long for two of them to start making waves within the company.

The man-eating Bog is a pachinko machine that makes a ludicrous amount of money for one of Teiai's underground casinos. The time has come for Tonegawa to collect the winnings, which means a showdown between him, the diabolical device, and the man who responsible for it: Ichijou!

Overseeing the Teiai corporate Twitter exposes Tonegawa to an account that seems to exist solely to hate on his company, triggering the middle manager's combative instincts. Meanwhile, Ootsuki's underground gambling games hit a snag when a rival foreman begins running his own entertainment scheme.

Two stories come to a conclusion, as Ootsuki concocts a scheme to usurp Odagiri's movie business, and Tonegawa tracks down the social media troll that has been flaming Teiai.

Tonegawa attends a class reunion where he hopes to see what's become of the classmates he always held in contempt. Meanwhile, Ootsuki's latest excursion is threatened when he gets unexpectedly sick.