Llega la primavera y Goblin Slayer y su grupo siguen cazando duendes, pero se cruzan con un joven mago pelirrojo que tiene su misma obsesión: cazar duendes por peligroso que pueda ser.

Goblin Slayer y los demás reciben un encargo para matar unos duendes y rescatar a un grupo de aventureros, pero el mago que los acompaña es demasiado impulsivo.

Los jóvenes entrenan en el campo de entrenamiento, incluido el joven mago, pero Goblin Slayer parece haber cambiado más que nunca y se relaciona más con los demás.

La sacerdotisa tiene la sospecha de que los duendes en realidad tienen un objetivo en mente y decide lanzarse a ayudar a cualquier precio.

Surge la posibilidad de asistir a un evento muy importante, así que Goblin Slayer deberá hacer una pausa en su misión de cazar a los duendes.

Luego de la escaramuza contra los duendes en el río llega un breve momento de paz al entrar en la tierra de los elfos.

Justo antes de la boda de la hermana de la elfa, Goblin Slayer y sus compañeros se lanzan al ataque y descubren que, efectivamente, había un duende hechicero.

La arzobispa aparece ante Goblin Slayer y le pide ayuda. Debe asistir a una reunión en la capital, pero existe la amenaza de unos duendes en el camino.

Mientras el grupo se encuentra en la capital, aprovechan un breve momento para descansar y disfrutar de algo de paz, pero de pronto empiezan a surgir los problemas.

El grupo se prepara sin perder un solo segundo para adentrarse en la mazmorra y rescatar a la princesa.

Goblin Slayer y su grupo logran salvar a la princesa, pero terminan enfrentándose a un enemigo bastante inesperado y aterrador.