Jackie se esfuerza mucho tanto para demostrar su valía como agente de policía como para vengar la muerte de su mejor amigo, Junior. Frankie vuelve a trabajar con su primo Jorge, que ha salido de la cárcel, mientras a Ray lo expulsan del cuerpo de policía por culpa de la traición de Renee. Aparece una nueva droga mortal durante la temporada baja de Cape Cod que se llama “Tiburón Blanco”.

La nueva compañera de Jackie, Leslie, tiene las mismas ambiciones que ella y su relación se va estrechando, tanto dentro como fuera del cuerpo. Frankie y Jorge siguen adelante con sus negocios, aunque Charmaine, su contacto con Nueva York, es imprevisible.

Jackie abandona su puesto de vigilancia para mantener un intenso enfrentamiento. Ray vuelve a ser humillado y hace todo lo posible por volver al cuerpo.

Jackie y Leslie siguen profundizando en el caso, y también en su relación. Pero alguien tomará una decisión de la que se arrepentirá…

Tanto Jackie como Ray descubren una verdad inquietante. Frankie se siente amenazado y Renee demuestra no tener escrúpulos.

Es la víspera de Acción de Gracias en el Cabo: las cosas pintan mucho mejor para Ray, pero no así para Jackie. Frankie se inquieta por el negocio que tiene con Jorge.

Es Acción de Gracias, pero las drogas y el sufrimiento no cesan. Frankie, inmerso en un océano de ansiedad, lleva a Renee hasta un punto de no retorno. Ray lo apuesta todo por un caso en el que nadie lo quiere, y la cena festiva de Alan se ve interrumpida.

Ray está muy cerca de conseguir todo lo que desea, pero para ello no podrá cometer ni el más mínimo fallo. Jackie se enfrenta a un problema y deberá decidir cómo actuar.

Toda la operación "Gran tiburón blanco" se ha desmoronado, pero todavía quedan algunos misterios por resolver. El plan de Ray para recuperar su trabajo no acaba del todo bien. Jackie pasa de sentirse como una heroína tras hacer un importante descubrimiento a sentirse como un cero a la izquierda tras dejar escapar algo fundamental.