Fushi ha pasado 40 años solo en una isla hasta que una pequeña niña acude en su ayuda justo cuando los Nokkers han decidido causar estragos en el mundo exterior. ¿Por qué ya no van a atacarlo a él?

Fushi no reconoce a Tonari, pero la relación entre esta y Hisame se complica con el Nokker que la pequeña lleva en su brazo.

Fushi parece haber encontrado un sitio donde lo respetan y lo veneran, pero entonces aparece el príncipe Bon con otras ideas en su cabeza.

Poco antes de partir, Bon echa la vista atrás y rememora cómo fue su vida desde que era pequeño y recuerda a sus mejores amigos.

Fushi y compañía empiezan su viaje para darse a conocer y tratar de ayudar en su lucha contra los Nokkers.

El culto de Bennett le hace una oferta casi irrechazable a Bon, aunque el precio a pagar es realmente elevado y no está seguro de querer cumplir el pacto.

Tanto Bon como Fushi están en una situación crítica. Bon intenta pensar cómo puede salir de allí, pero lo tiene muy complicado. Aunque peor aún lo tiene Fushi, que está al borde de la muerte.

Fushi consigue salir con vida gracias al sacrificio de Bon, lo que le cuesta la vida a nuestro querido príncipe. Pero parece que no todo se quedará ahí.

Fushi se enfrenta a los Nokkers, pero tendrá que pagar un precio elevadísimo. Ahora tendrá que trabajar el doble para recuperar aquello que ha perdido.

Fushi comienza su duro entrenamiento para volverse más fuerte y tratar de derrotar a los Nokkers sin más problemas.

Tras el entrenamiento, Fushi se desplaza para defender la ciudad. Allí, Bon le presentará a esos seres inmortales de los que le habló.

Mientras reconstruyen la ciudad, conoceremos más información sobre el trasfondo de Messar y Hairo, dos de los nuevos aliados de Fushi.

Fushi y los demás siguen con su trabajo de reconstrucción de Renril para prepararse para el ataque, pero empiezan a surgir dudas sobre la identidad del anciano.

Se acerca la hora de la verdad. Todo está prácticamente preparado, pero justo antes del combate, a Fushi le asaltan las dudas y les dice a todos que huyan.

Fushi no puede dar crédito a lo que está viendo: Kai, Hairo y Messar han vuelto a la vida. Y eso será un gran arma en su lucha contra los Nokkers.

La guerra apenas lleva unos días, pero tanto Fushi como los demás ya no pueden seguir luchando y empiezan a surgir tiranteces.

El Nokker que tiene Kahaku en su brazo izquierdo está causando estragos, pero ni March ni Bon se rendirán para revertir la situación.

El sacrificio de Bon parece enorme, pero en comparación con el beneficio que supone para la humanidad es ínfimo. Es hora de que Fushi comience el contraataque final.

La situación en Renril ya está controlada, pero Fushi se niega por completo a dejar que siga habiendo Nokkers en el mundo y tomará una dura decisión.